Escríbenos o llámanos

676307564

Correo

info@saborealahistoria.es

Hay quien asegura que la evolución de la alimentación nos lleva otra vez al pasado, a comer los alimentos cada vez menos procesados, a mirar las etiquetas cada vez que vamos al supermercado.Volvemos a la tierra, a las conservas, preferimos las bolsas de tela a las de plástico, a los productos que anuncian aceite de oliva en sus envases, a tener una macetita de romero o tomillo en nuestras ventanas y a saborear su aroma, y sobre todo volver a dar importancia a nuestra salud. En los tiempos que corremos nos damos cuenta de que tenemos que cuidar nuestro cuerpo.

Freepik

Mi abuelo que era muy sabio, siempre decía: “somos lo que comemos”. En ese momento no sabía muy bien lo que quería decir. Él era hortelano, en su huerta se podían admirar hermosos calabacines, verdes pimientos o plantas que al extraerlas de la tierra te obsequiaba con grandes y dulces cebollas, parecía cosa de magia. Mi abuelo tuvo 4 hijos, a los cuales alimentaba lógicamente con frutos y verduras recogidas del campo, tenían cerdos, una vez al año mataban a uno y con ese cerdo tenían para comer un año entero toda la familia y regalar a algún vecino con alguna delicia porcina.


No sabían de aceites de conservantes industriales, mantenían los alimentos congelándolos, salándolos o en conserva, introduciendo los botes de cristal en una olla en lo que llamaban «El baño María». Tampoco sabían de potenciadores de sabor más allá de echar un poquito de pimentón al guiso y sal o especias.
Esta mañana he ido al súper, como soy una ciudadana responsable con mi alimentación, miro todas y cada una de las etiquetas de los productos que me ofrece esa gran superficie. Tengo muy claro que hay aceites, conservantes, colorantes y azúcares que no son buenos para mi organismo. También soy consciente de que un pollo no puede tener ese tamaño con un crecimiento natural y que los tomates brillantes de esa estantería no huelen a nada. Veo carros llenos y el mío bastante pobre. Eso me lleva pensar y comprender por qué llenamos nuestro cuerpo con alimentos poco saludables y vuelvo a pensar ese hombre sabio al que llamaba abuelo.

En esta sociedad acelerada, no tenemos tiempo para nada y mucho menos para cultivar nuestros vegetales o incluso cocinarlos, y es fácil recurrir a los productos precocinados.

freepik

La Organización Mundial de la Salud (OMS) asegura datos como que la carencia de vitaminas y minerales sigue prevaleciendo en todo el mundo o que unos 41 millones de niños menores de 5 años sufren sobrepeso.

Una buena noticia es la masiva aparición de huertos urbanos pero aún así insuficientes, que hoy por fin respiran a causa de la desaparición de la contaminación de manera mundial por la cuarentena.

foto freepik

¿Estamos viviendo una r-evolución en nuestra forma de comer? Creo que sí, pero para más datos hemos consultado a nuestra amiga nutricionista Marina Reina, pueden ver la entrevista a continuación:

Y es que la vida ha ido evolucionando para hacernos el día a día más cómodo pero muchos de nosotros añoramos el olor de los tomates recién cortados de la mata o coger una manzana directamente del árbol.
Para bien o para mal, vivimos en la era de la información, nos bombardean por todos los lados con este tipo de noticias, cada vez echamos más de menos el sabor de los productos naturales, cada vez hay más comida ecológica, cada vez pensamos más en nuestra salud.Y es que como decía aquel romano, el equilibrio es “mens sana in corpore sano”


Un saludo,


Dévora Muñoz

Artículos recomendados

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *